Marcos 5, 21-43:
«Se acercó a Jesús un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y, al verlo, se echó a sus pies, rogándole con insistencia: «mi niña está en las últimas. Ven, impón las manos sobre ella, para que se cure y viva…»Jesús le dijo: «no temas, basta que tengas fe». Entró donde estaba la niña, la cogió de la mano y le dijo: «Talitha qumi» (que significa: «contigo hablo, niña, levántate»). La niña se levantó inmediatamente y echó a andar».
Te propongo que hagas hoy el siguiente ejercicio de contemplación:
1. Contempla en primer lugar lo que hace Jairo, el padre de la niña: se echa a los pies de Jesús y le ruega con insistencia. Son gestos que indican reconocimiento, adoración, humildad y, sobre todo, mucha fe.
2. Contempla las palabras y las acciones de Jesús:
a. «No temas»: Jesús las repite varias veces a lo largo del Evangelio. Y siempre transmite la paz, la armonía y la serenidad.
b. «La cogió de la mano y le dijo: «levántate»: Jesús restituye la vida. Levanta del desánimo, de la postración y de la muerte.
3. Contempla también a la niña: «se puso en pie inmediatamente y echó a andar»: Con la palabra y la fuerza de Jesús la muerte se vuelve vida.
4. Y, finalmente, contémplate a tí mismo:
* Te echas a los pies de Jesús y le ruegas muchas veces con insistencia y con fe?.
* Pones tus miedos, temores y tus muertes en las manos de Jesús y dejas que Él te coja de la mano y te levante?.
* ¿Con la ayuda y con la fuerza de Jesús, eres capaz de ponerte en pie y echar a andar?.
Buenos días.
Antonio Sanjuán Marín, cmf