Sirviendo la Palabra: Lc 2, 28b-36

Lucas 9, 28b-36:
«Jesús cogió a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto de la montaña, para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió, sus vestidos brillaban de blanco… Una voz desde la nube decía: Este es mi Hijo, el escogido, escuchadle».

Jesús quiere animar a sus discípulos ante su próxima pasión y muerte. Y delante de ellos se transfigura y les deja entrever la gloria de la Resurrección.
Todos nosotros estamos llamados a ser transfigurados también por la fuerza de la Resurrección de Jesús.
Todos nosotros estamos llamados a ser partícipes del triunfo de Jesús.
Pero también todos nosotros debemos coger nuestra cruz y seguir detrás de Él.
Desde el evangelio de hoy:
+ pregúntate si también tú quieres transfigurar tu corazón.
+ Pregúntate si quieres que Jesús lo transfigure.
+ Pregúntate también si estás dispuesto a cargar con tu cruz y dirigir tus pasos detrás de Él.
Si transfiguras tu corazón con la transfiguración de Jesús, también serán transfigurados tus pensamientos, tus palabras y tus acciones.
Así te convertirás en testigo de la Resurrección de Jesús.
Y también, como Jesús, por la cruz llegarás a la luz.
Buenos días.

Antonio Sanjuán Marín, cmf

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