Sirviendo la Palabra: Lc 11, 27-38

«Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron»… Pero Jesús  repuso: «Mejor, dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen». 

La alabanza es una forma de bendición. Dos alabanzas aparecen hoy en el evangelio:

     La primera sale de la boca de una mujer y va dirigida a la Madre de Jesús. 

Es dichosa porque ha acogido el proyecto de Dios y por eso es bendita de Dios y de los hombres. 

     La segunda alabanza sale de los labios de Jesús. Y va dirigida a todos los que escuchan y cumplen la Palabra de Dios. 

También son benditos por la misma razón: porque escuchar y cumplir la Palabra de Dios es acoger de corazón el proyecto de cariño y bendición que Dios tiene para cada ser humano. 

A tí también se dirige hoy esta alabanza. Eres dichoso o dichosa. Eres bendito o bendita.

Porque en este mismo momento tú estás escuchando y acogiendo la Palabra de Dios y en tí hay deseos de cumplirla a lo largo de esta jornada. 

Buenos días.

Antonio Sanjuán, cmf

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