VIERNES 30 DE OCTUBRE
Lucas 14, 1-6:
«Había allí, delante de Jesús, un hombre enfermo de hidropesía, y tomando la palabra, dijo a los maestros de la ley y a los fariseos: ¿es licito curar los sábados, o no?. Ellos se quedaron callados. Jesús, tocando al enfermo, lo curó y lo despidió».
Cuántas veces a lo largo de su vida Jesús chocó contra los fariseos por la cuestión del sábado.
El día que había sido instituído para recordar y agradecer los grandes dones de Dios a Israel y a toda la humanidad, se había convertido en una pesada losa difícil e incómoda de soportar.
Era más importante guardar el precepto del sábado que devolver la salud y la dignidad a una persona.
La ley estaba siendo adulterada y Jesús vuelve a interpretarla en lo esencial. Nos recuerda constantemente que el amor a Dios y al prójimo es el resumen de todos los mandamientos.
Como seguidores de Jesús estamos llamados siempre a ser sembradores de esperanza y de ilusiones.
Estamos llamados a cuidar siempre de las personas y a curar heridas aunque sea en «sábado».
Que nunca dejemos de hacer el bien con la excusa de «llegar temprano al templo».
Buenos días.
Antonio María Sanjuán Marín, cmf