Recordar que ayer fue sábado.
Vigilia de un domingo sin peldaños.
Un pájaro azul remonta el vuelo
y en sus alas un beso anochecido.
Dejar que pase
este día y vuelva a amanecer.
Los niños juegan en el parque
como si el tiempo fuera
un caimán verde en sus labios.
Siento la lluvia como un llanto
y no tengo ni un pañuelo
para enjugar sus lágrimas.
Y digo yo: ¿Y a quién le importa
que el árbol de la esquina
derrame su sombra
cuando el sol acaricia sus temores?
En la casa los cuadros duermen
y hay amapolas azules
cubriendo las ventanas.
No sé si mirar
y detener la esfera de los besos.
Los adolescentes sonrojan la mirada.
Las manos se entrelazan.
Cálidas las horas
en las pestañas amarillas
de una sonrisa recién abierta.
Cerrar los ojos
para ver si pasa este día
y otro día
acariciando tus cabellos.
Las Palmas, 2021
Blas Márquez Bernal, cmf
(FOTO: Reiseuhu)
RECORDAR QUE ONTEM FOI SÁBADO
Recordar que ontem foi sábado.
Vigília de um domingo sem degraus.
Um pássaro azul levanta voo
e nas suas asas leva um beijo escurecido.
Deixa que passe este dia
e volte a amanhecer.
As crianças brincam no parque
como se o tempo fosse
um jacaré verde nos seus lábios.
Sinto a chuva como um pranto
e eu nem sequer tenho um lenço
para enxugar as suas lágrimas.
E eu digo: E quem se importa
que a árvore da esquina
derrame a sua sombra
quando o sol acaricia os seus medos?
Em casa os quadros dormem
e há papoilas azuis
cobrindo as janelas.
Não sei se devo olhar
e parar a esfera dos beijos.
Os adolescentes ficam com os olhos vermelhos.
As mãos entrelaçam-se.
As horas são quentes
nas pestanas amarelas
de um sorriso recém-aberto.
Fecho os olhos
para ver se este dia passa
e outro dia
acaricio os teus cabelos.
Las Palmas, 2021
Blas Márquez Bernal, cmf
(FOTO: Reiseuhu)