Racismo en Ryanair: lo que no pasó

Ya se ha hecho viral el video del pasajero grosero y racista con una anciana de 77 años en el vuelo de Ryanair.

En las redes sociales hay todo tipo de comentarios condenatorios contra él y su conducta. Muchísima es la gente que ha manifestado su repulsa ante lo sucedido.

Y frente a este tsunami de actividad en el mundo virtual, me resulta tremendamente llamativo que, en este nuestro mundo real, solo cuatro personas actuaran en defensa de la buena mujer: su hija, un hombre de la fila de atrás, un auxiliar de vuelo y uno que lo estaba grabando todo. Todos los demás que estaban presentes, actuaron como ausentes.

¡Grande es la desproporción entre el enorme número de reacciones virtuales y las escasas reales! ¡Qué fácil es implicarse desde la cómoda lejanía de una red social! ¡Qué difícil es ser buen samaritano en lo concreto, arriesgándome a que todo se complique y me transforme en una víctima más! Pero a esto me llama Dios a ser próximo en lo real, en lo concreto, en lo efectivo, con 
mi presencia, mi hablar y mi actuar.

Y no sé a vosotros, pero a mí me cuesta, ¡y mucho! Cierto es que actuar por las redes sociales es necesario, pero no es suficiente. Nada puede suplir mi obrar en el momento, movido por Dios y su Espíritu, como Jesús. Y como vivir así no se improvisa, por eso me incomodo a mí mismo preguntándome: ¿qué hubiera hecho yo si hubiese estado en ese vuelo? Con la esperanza de estar atento a la próxima situación que requiera de mi acción, para que no pase de largo, porque nuestro mundo necesita de buenos samaritanos y Dios nos envía a ello.

Equipo Redacción

Start typing and press Enter to search