Por una campaña electoral que respete la convivencia

En la cercanía de los próximos comicios electorales en España, he creído oportuno compartir con todos vosotros este comunicado que han lanzado hoy entidades que trabajan en el ámbito de la migración de personas: Cáritas Regional de Andalucía, Andalucía Acoge, Comisión de Ayuda al Refugidado, Fundación Claver…

Son palabras muy acertadas e inspiradoras. Ojalá su mensaje lleguen a todos aquellos que van a concurrir a las elecciones y lo hagan suyo

José Antonio Benítez Pineda, cmf

(El documento original en PDF lo podéis descargar aquí).

 

POR UNA CAMPAÑA QUE RESPETE LA CONVIVENCIA

España y el resto de Europa, han sido y seguirán siendo sociedades inmersas en una dinámica mundial en la que las migraciones juegan un papel central. En un mundo globalizado las migraciones son consecuencia, en parte, de las enormes diferencias económicas entre países. Lejos de ser un problema para Europa, pueden ser una respuesta a los desajustes creados por un modelo económico que prima el beneficio de grandes multinacionales sobre el derecho a una vida digna de millones de personas.

Frente a las corrientes que quieren señalar a las personas migrantes como un problema, exigimos a quienes aspiran a gobernarnos que, a falta de construir unas relaciones económicas más justas entre países, las políticas migratorias protejan los derechos humanos y garanticen el derecho más básico: La vida.

Una sociedad no puede ser democrática si no se fundamenta en el respeto escrupuloso a los DDHH y la convivencia. Pedimos que la defensa de los primeros sea una prioridad en las políticas de frontera y la defensa de la convivencia lo que caracterice los discursos políticos en esta campaña electoral. La defensa del “Derecho” puede legitimar la pérdida de derechos básicos.

Respetar los derechos humanos en frontera es posible si se frena la dinámica criminalizadora de las personas migrantes y se facilita la acción de salvamento marítimo, la asistencia médica universal y la acogida humanitaria.

Defender la convivencia es fácil cuando se recuerda que las personas migrantes son ciudadanos, nuestros vecinos y vecinas. Algunos nuevos y otros, la mayoría, llevan años conviviendo en nuestros barrios, que son los suyos también. En algunos casos han venido huyendo de situaciones que ponían en riesgo su vida o su libertad, en otros de unas condiciones económicas que hacían muy difícil su subsistencia y desarrollo o puede que simplemente decidieron migrar haciendo uso del derecho que toda persona tiene a buscar una vida mejor. Exigimos entonces que las migraciones no se usen como arma para arañar un puñado de votos a cambio de crear miedo al vecino, pues tras la campaña quienes habitamos los barrios y los pueblos necesitamos poder convivir y mirarnos cada día en la calle, en el comercio o en el patio del colegio viendo a una persona con la que compartimos el espacio y no a un enemigo.

Nuestros pueblos y ciudades necesitan de propuestas que mejoren el bienestar de sus vecinos y vecinas. Cuando se configura un discurso político que criminaliza o que genera miedo en torno a una parte de esa vecindad, lo que se consigue es un empeoramiento del clima de convivencia y la calidad de vida para todos y todas en la sociedad.

Por este motivo, las entidades firmantes hacemos un llamamiento a la responsabilidad en el discurso durante la campaña política que se avecina. De ello depende que tengamos una sociedad unida y que no se creen conflictos artificiales distrayendo de los verdaderos problemas de la mayor parte de la población como la vivienda, la precariedad en el empleo, la calidad del sistema educativo o la crisis medioambiental. Problemas reales que compartimos todas las personas que vivimos en España independientemente de dónde hayamos nacido por una casualidad del destino. Problemas compartidos que no vienen generados por las migraciones sino por el impacto en la ciudadanía de un modelo económico que genera desigualdad y precarización social.

De cara al nuevo proceso electoral creemos fundamental subrayar que la migración no es un problema aparte, una política independiente: es un elemento transversal de todas las acciones por la ciudadanía, y es el momento de revisar las propias imágenes sobre la migración; no se trata de los españoles y los migrantes. Se trata de la ciudadanía.

 

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