(A los hermanos inmigrantes que llegan a nuestras costas)
Ponte en su piel y mírate de frente.
Besa sus manos, cura su quebranto,
abre una senda al ritmo de su llanto
y sáciate del agua de su fuente.
Lo relojes humillan el torrente
de su voz dolorida mientras tanto.
No enturbies con tu voz su airado canto
en pedestal y aromas. ¡Grito hiriente!
Las estrellas acunan su sonrisa
y en una caracola se adormece
el sueño quebrantado de su vida.
Un vendaval de lunas y una brisa
acarician su rostro y se estremece
el mar en un fragor de bienvenida.
Las Palmas 2020
Blas Márquez Bernal, cmf
(FOTO: Migsar Navarro)