Recorrí los pronombres y las flores
y el quinqué de un turpial enmudecido
en la preñez de un bosque amanecido,
fraternal de cigarras y dolores.
Trepé montaña arriba los olores
de tu mirada cóncava de olvido,
dispersa por el suelo del latido
en la delgada curva de clamores.
Te esperaba en un patio de amapolas
con tiernos nidos que en mi llanto escondo
y estabas triste con la tarde, a solas.
Te acercaste al brocal y un dolor hondo
floreció. Te has marchado entre las olas,
distante de mí, pájaro redondo.
Ramón Uzcátegui, sc
(FOTO: Sanni Sahil)
POEMA DE LUA ABERTA VIII em PORTUGUÉS