La tarde tiene vientre de corales
y se ha dormido al tacto de una rosa.
Me envuelven las caricias de mi esposa
en el temblor aroma de sus sales.
He navegado a solas los raudales
de sus labios en hora silenciosa.
La tarde tiene olor a mariposa
y tú y yo con las penas laterales.
¿A dónde irá tu rastro de salmones?
¿A lo ancho de mi piel de dado en dado,
entre sombras, luceros y botones?
¿Al ocaso de un pecho enamorado?
Están en plenilunio los pezones
y me he quedado mudo en tu costado.
Ramón Uzcátegui, sc
(FOTO: malith d karunarathne)
POEMA DE LUA ABERTA VII EM PORTUGUÉS