Posiblemente todos lo que leéis estas líneas tenéis en vuestra retina las imágenes del incendio que asoló hace unas semanas la Catedral de Notre Dame. Sin duda una desgracia. También recordaréis el movimiento de generosidad que tal catástrofe supuso, lográndose con una celeridad inusual la recogida de todo el dinero que se pensó necesario para su restauración, incluso más. No estuvo exenta de crítica esa «ola de donaciones» por parte de aquellos que consideraron descompensada la rapidez para aportar soluciones -en este caso económicas- a un tema «material» y la lentitud o ineficacia para enfrentar las muchas otras «tragedias» que afectan a millones de personas: hambre, desigualdad, exclusión, drama de migrantes y refugiados… Hubo quien dijo que eso era querer juntar «las churras con las merinas» y poner en conexión cosas que no tienen que ver. Cada uno pensará lo que plazca al respecto. Pero lo que sí quiero hoy compartir con vosotros es una cuestión que me ronda desde entonces el corazón: está claro que, cuando queremos, las personas encontramos soluciones a los problemas. Dios ha concedido al ser humano el don de la sabiduría y la creatividad para imaginar vías para deshacer entuertos, salir airosos de conflictos o mejorar las cosas… Tenemos muchos ejemplos de ello. Como botón de muestra la capacidad de crear infraestructuras para mejorar las comunicaciones o los grandes hitos en lo referente a tratados internacionales como la Declaración Universal de los Derechos Humanos…
Por eso, es doloroso asistir con pasmosa frecuencia a un sinfín de situaciones en las que la humanidad tira la toalla, traiciona su responsabilidad o peca por omisión. Tanto a nivel «macro» (a algunas tragedias hemos aludido más arriba), como a nivel «micro» (conflictos familiares, relaciones que se rompen, heridas que se enquistan, injusticias que no se reparan…). El «quiz» de la cuestión, una y otra vez, será el mismo: ¿queremos o no queremos? Seguro estoy de que, si quisiéramos, Dios bendeciría nuestra voluntad en esos momentos.
Lastima que no sea siempre así.
(Y tú…¿quieres o no quieres?)
Equipo de redacción.
