Hoy tengo ganas de vivir de pie
en esa vasija de barro
que moldean tus manos supremas
con nuestros verbos rotos.
Hoy tengo ganas de agrupar los árboles
y dibujar sus hojas esparcidas
en el conjuro de tu boca
retraída en el tiempo.
Hoy tengo ganas
de quedarme a solas contigo
en la cárcel de tus ojos,
donde nacen las aguas
marcando el anagrama de un palpito
en la costumbre de verte despierto.
Hoy tengo ganas
de secar tus lágrimas
en la fontana de tus dedos viejos,
donde se escurren los años
y las arrugas siembran
las rosas podadas de la primavera.
Hoy tengo ganas de abrazarte padre…
pero solo encuentro tu imagen diluida
en la ventana que me impide
abrazar tus temores.
Ramón Uzcátegui Méndez, sc
(FOTO: Exe Lobaiza)
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