Hay sucesos que son dignos de ser portada en cualquier diario o en cualquier cabecera de noticiero que se preste. Por desgracia las más de las veces tales lugares los copan noticias trágicas, problemáticas de diferente índoles… En esta sección -como bien sabéis los que la seguís- tratamos de analizar algunas de las noticias de actualidad con «otra mirada», la del Evangelio, la de la fe, la de los cuestionamientos que surgen de los principios que emanan de la vida que Jesús nos propone. Hoy, sin embargo, nuestra propuesta es, precisamente, otra: ¿Por qué no se hace noticia en la prensa y medios ordinarios de algo tan extraordinario como lo que celebramos cada Navidad? ¿Por qué el acontecimiento que comenzó a cambiar la historia de la humanidad -y que culminaría años después, en la Pascua de Resurrección- se trata sólo «colateralmente» en estos días, como algo «anecdótico» o que sólo atañe a un grupo de ciudadanos llamados cristianos? Y es que, se quiera o no, la irrupción de Jesús en medio del mundo ha supuesto la mayor revolución que ha podido darse nunca. Tanto es así que hasta en la mayor parte del mundo contamos los años desde esa fecha. ¿Será que no es «políticamente correcto»? ¿Será para no dañar «diferentes sensibilidades»? ¿Será porque hasta los que decimos ser cristianos contribuimos a que tal efémeride pierda relevancia, cuando nuestro estilo de vida no muestra tanto bueno como ha traído, y en cambio, «nos acomodamos a los criterios del mundo» viviendo estas fechas desde la vorágine consumista y perdiendo el norte de lo que realmente celebramos? En fin. Preguntas complejas que ya hace tiempo muchos vienen formulando. Sea como fuere a nosotros hoy nos ha parecido muy sugerente -y casi deseable- una portada «ficción» que nos ha llegado a través de un periodista amigo, Evaristo Fernández de la Vega, del diario extremeño «Hoy» a modo de felicitación de Navidad. Tan sugerente que nos ha hecho escribir este post y pensar por qué no podría ser real.
¿Qué piensas tú?
Feliz Navidad. Que nos traiga otra mirada sobre la realidad. La de Dios.
Equipo de Redacción