«Nos están vendiendo el miedo»

Santiago Agrelo, arzobispo emérito de Tánger, fue invitado con motivo de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, a dar una conferencia en Comillas, entre muchas afirmaciones dijo que: «Nos están vendiendo el miedo (…). Yo estoy convencido de que el Evangelio es de otra manera”. “Los emigrantes son la evidencia de un mundo injusto, perverso, atravesado por una violencia institucionalizada contra los pobres».

«Hoy creemos ser como Dios, hemos alargado la mano, nos hemos apoderado del Paraíso, hemos llenado de pobres el camino de la Tierra, y fingimos haber encontrado la felicidad. Hemos pagado un precio tan alto por la traición a la Humanidad que no somos capaces de reconocer que nos hemos equivocado». «Tenemos que dejar de engañarnos y hacer de la Iglesia un refugio para encontrar consuelo a nuestras debilidades. Si no queremos que Dios o la Iglesia sean palabras vacías, tenemos que dejar que sea Jesús quien las llene». “Están poniendo un ejército en la frontera, hasta el punto que interiorizamos que al otro lado no hay pobres, sino un ejército de personas que van a
invadirnos”.

Además, dejó claro que “no es lo mismo leer el Evangelio en tierra firme, en nuestro mundo, en nuestro bienestar, que hacerlo en una patera. No es lo mismo predicar en una catedral que entre los ahogados”. “Somos hombres y mujeres instalados en nuestro bienestar”, denunció, añadiendo que “la misma dificultad que tenemos para acoger al emigrante, la tenemos para acoger a Cristo”.
A continuación hizo una llamada al compromiso personal, comunitario, de la Iglesia: “Dios no puede hacerlo, ¡lo tenemos que hacer nosotros!”. “Ese es el compromiso de la Iglesia, es la misión de la Iglesia. No pongan rebajas o peros a la hora de estar con los emigrantes.”
“Pese a todo, la Iglesia tendrá que estar con ellos contra todos, entre ellos frente a todos. Mientras esto no lo tengamos claro los políticos continuarán sin buscar una respuesta a la tragedia de las fronteras, que no es un problema para nosotros, sino una tragedia para los inmigrantes”.

José Antonio Benítez Pineda, cmf

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