El joven narciso
destrozó la atmósfera
de su rostro
reflejado
en el narcótico pómulo del espejo.
Sin latitud ni norte
dibuja en la pureza del agua
una tristeza ambigua;
desequilibrada
y antiguamente maquillada.
El joven narciso,
destiñe su máscara
de enfermas mejillas
en un sexo de fuentes transitorias.
Su psiquiátrico retorno
es anunciado
en los carteles vacíos
de poblados anamúes.
Ramón Uzcátegui Méndez, sc
(FOTO: @upklyak)