Mirada indulgente

Ahora que concluyo este fragmento

y las palabras, ascuas leves,

quedaron sepultadas

bajo la losa blanda de papeles en flor,

precisamente ahora, un muro se levanta

de espesa niebla,

que envuelve trinitarias,

mármoles desnudos

y la agenda diaria de la carne.

 

Vuelvo hacia atrás. Ecos tan sólo,

la resonancia apenas de una melancolía

que acarició la piel, flujo sagrado,

en las horas indefinidas.

¡Qué extraña sensación,

palpable aún en las paredes

de esta tarde apacible,

en Caracas, domingo, diez de marzo¡

 

Suavemente

la lluvia me acaricia

con manos temblorosas

y  el aroma de menta de las algas marinas.

Sensaciones inéditas

de un tiempo maniatado

que conserva el sabor de la palabra.

 

Yo no sé si la vida, en esta hora de calma,

ha tocado por fin mi pesadumbre.

(Caracas, Barrio de Petare. 1988)

 

Blas Márquez Bernal, cmf

(FOTO: analogicus)

 

Start typing and press Enter to search