“A mi hijo Dilan”.
Por las tardes,
al llegar a casa,
mi “Rey descalzo”,
hunde un botón de rosas
colocado en mi costado.
De allí salen duendes,
mariposas,
cigarras,
y cosquillas,
sabor a maní
y a caramelo dorado.
Mi “Rey descalzo”,
monta alegremente
mi costado,
y yo como el río
ondulo movimientos
torpemente deshabitados.
Agita mi vida,
y hace posible
que me restaure
en un dragón de juguete,
sin tiempo,
sin mancha,
sin dolor;
siempre amado.
Mi “Rey Descalzo”,
todo lo puede,
y enternece mis ojos
con su amor desbordado.
Ramón Uzcátegui Méndez, sc
(FOTO: Omar Lopez)
MEU REI DESCALÇO em portugués