Al igual que en nuestra propia Congregación, nuestra Provincia de Fátima tiene la interculturalidad como una rasgo inseparable de su esencia. Ya no sólo por la diversidad nacional que la compone sino por la pluralidad que existe en los orígenes de quienes la componemos. Misioneros hermanos nuestros que desde otras geografías del mundo viven su ser claretianos lejos de la tierra que les vio nacer. Pero, ¿no es esto acaso parte de nuestra vocación? Ser misionero claretiano implica vivir abierto a lo que el Espíritu vaya pidiendo de nosotros. Sea donde sea. Enviados a ser palabra viva de Dios para las vidas de tantas personas sin tener por condición el lugar en el que viven. Es cierto que pertenecemos a una Provincia, pero estamos llamados a hacer realidad esa intuición del P. Claret: “Mi Espíritu es para todo el mundo”. Y es por eso por lo que formamos parte de una Congregación universal. Para estar abiertos y dispuestos a ser enviados a dónde haga falta. Es por esto por lo que Fátima tiene 11 comunidades internacionales y alrededor de 9 nacionalidades si nos centramos en las que son de un origen distinto a los oriundos de la Provincia de Fátima.
A continuación queremos compartir testimonios de algunos de nuestros hermanos de Provincia en el que nos cuenta cómo viven su vocación en una cultura distinta a la suya de origen.
¿Qué supone para ti ser misionero en una cultura distinta a la tuya de origen?
¿Qué llamada de Dios resuena en ti en esta vivencia?
Ser misionero en una cultura distinta a la mía de origen: es un reto y una oportunidad. para aprender a encarnar el evangelio en diálogo con la cultura. La llamada de Dios que resuena en mí en esta vivencia es descubrir, cuidar y regar la semilla de la Palabra que Dios ha sembrado en cada cultura.
Tomas M. Joustefen CMF.
Supone sorprenderme con la forma en la que Dios se hace presente en una realidad que para mí es novedad todos los días. Compartir la riqueza, la diversidad y hasta las incomprensiones en la forma en la que experimento y como doy a conocer a Dios en una cultura distinta a la mía. Hoy más que nunca lo que resuena es el estar atento al paso de Dios, por caminos que son para mí desconocidos y a veces desafiadores. Como una pregunta constante “¿Dónde te he visto hoy, Señor?”.
Tiago Ramos CMF.
La Iglesia nace para la misión, y nuestra Congregación también es misionera desde su origen. Ser misionero para mí es donar la vida; es un acto de fe y de confianza en Dios. Es ser testigo de la Providencia del Señor (unidad en la diversidad). Es la manera real de identificarme con Cristo.
“Hermanos, tengan entre ustedes los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús. Él, siendo de condición divina, no se aferró a su igualdad con Dios, sino que se anonadó a sí mismo” (cf. Filipenses 2, 5-11).
P. Miguel Angelo Cardoso Correia de Lemos, CMF
Para mí, ser misionero en un contexto multicultural significa ser una persona con mente y corazón abiertos, creer, aceptar y comprender el mandato misionero universal de Jesús en la Iglesia Católica Universal: un solo Dios, una sola fe, una sola Biblia (Palabra de Dios), un solo Bautismo, una sola Eucaristía (un único sacrificio de Jesús en la cruz) y un solo Cuerpo de Cristo.
Experimento la realidad presente de la misión universal ahora, realizando mi ministerio en el contexto multicultural de Londres, donde personas de diferentes países, razas, tribus, religiones, lenguas, credos y colores viven en nuestra parroquia y localidad. Esta es una experiencia especial y la llamada de Dios en mi vida para llevar a cabo su misión y visión universales en la Congregación de los Misioneros Claretianos según el carisma de los Hijos del Inmaculado Corazón de María, que es oportuno, urgente y eficaz.
P. Bijoy Chandra Nayak, CMF
No se trata solo de evangelizar, sino de escuchar, aprender, adaptarse y testimoniar mi fe de manera que sea relevante para las personas.
“Vayan y hagan discípulos de todas las naciones” (Mateo 28, 19). Una llamada a vivir el Gran Mandamiento de amar a Dios y amar a los demás, a ser testigo del Evangelio y a ayudar a construir el Reino de Dios en todas las naciones.
P. Paul Peter Alphonse
Para mí significa que tengo que esforzarme más para aprender a amar su cultura, su gente , su idioma y siempre pido al Señor que me de fuerzas para responder con generosidad su llamada y poder llegar a ser un buen misionero, capaz de ir más allá de las distancias de procedencia, cultura e idiomas. Es como la llamada de Abraham “SAL DE TU TIERRA…” es una llamada para abandonar y despojar todo lo innecesario para confiar más en Dios.
P. Rocky Xareal cmf