Los tres “jamases”

No me extrañaría que un buen número de los que lean esta página conozcan los famosos “cinco nuncas” del malogrado Steve Jobs, cofundador de Apple. Se resumen en estas cinco consignas:

  • Nunca te des por vencido
  • Nunca aparentes
  • Nunca permanezcas inmóvil
  • Nunca te aferres al pasado
  • Nunca dejes de soñar

Sin duda que contienen un potente vigor energético. Son máximas estimulantes para tu crecimiento personal. No las debes descartar en absoluto, ni siquiera en el caso de que no simpatices con su autor. Detrás de ellas laten virtudes muy necesarias y actuales que debes mantener activadas: la resiliencia, la autenticidad, la innovación, la liberación de la nostalgia o la capacidad creativa.

Pero, los cristianos contamos con una “fórmula” más sencilla y más poderosa aún: las tres virtudes triunfales de la fe, la esperanza y la caridad. Coincido con Wittgenstein, el famoso filósofo cuando aclaraba: “El cristianismo no es una doctrina ni una teoría sobre el alma humana. Es la descripción de un evento real en la vida de la persona”. Por eso, ¿y si las adaptas a tus anhelos más hondos? Esta tríada no solo sirve para la vida cristiana, sino para todo en la vida. Te sugiero la siguiente propuesta como criterio y actitud de vida:

  • En primer lugar, jamás pierdas tu fe. Cree firmemente en el más alto ideal que te pone en movimiento. Confía en que es posible. No te olvides de que las cosas suelen ser difíciles antes de ser fáciles. La fe no es un pensamiento, es un motor. Sin fe, fácilmente caerías en el desaliento y la desgana te podría paralizar.
  • En segundo lugar, jamás dejes de alimentar tu esperanza. Convéncete de que haciendo lo que se debe hacer alcanzarás lo que Machado llamaba “el milagro de la primavera”. Que tu pasado sea una cadena que te robe el presente y te impida el futuro. Mantén vivo el coraje de resistir.
  • Sólo nos falta la tercera. Es la fundamental. Jamás hagas las cosas por obligación. Al contrario, trata de hacerlo todo con amor y por amor. No solo en el campo de tus relaciones (la “amistad social” a la que invita el papa Francisco), sino en tus trabajos, en tus rutinas, en tu forma de hablar o de emplear el dinero…

Este camino es tan largo, como tu propia vida. Y tu mejor compañero de viaje es la humildad.

 

Juan Carlos cmf

(FOTO: geralt)

 

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