Leandro de Sevilla. Amar la Palabra.

Traemos hoy aquí algunos «influencers» que celebrábamos la semana pasada. Mañana haremos lo propio con los de esta.

El día 15 de Noviembre recordábamos a San Alberto Magno (S. XII), quien ejerció una influencia directa en su discípulo Tomás de Aquino, (S. XIII) mbos dominicos. Influenciado, a su vez, por los Franciscanos, llegó a ser uno de los más grandes sabios de la Historia, escribiendo sobre la Armonía entre la Fe y la Ciencia. Dominaba la Astronomía, Geografía y Meteorología, la Economía, la Física y la Química, la Política, la Lógica y la Matemática y, naturalmente, la Teología y las Sagradas Escrituras. Era un espíritu abierto, polifacético y, sobre todo, SANTO.

El día 16 hacíamos memoria de Santa Margarita, Reina de Escocia (S. XI). Nació en Hungría, que pertenecía entonces a la Escocia ocupada por los daneses. Viajó a Inglaterra y casó con el rey Malcom III en 1070. Santificó con su conducta y espíritu evangélico todos los estados, y en especial el Matrimonio. Margarita era refinada, culta, educada; Malcon, en cambio, tosco, guerrero, vulgar, compenetrándose ambos por el amor. De sus ocho hijos, la mayor casó con Enrique I de Inglaterra, y el más pequeño, David, alcanzó la SANTIDAD. Tú puedes imitarle, sea cual sea tu condición, ya que por el Bautismo somos todos SANTOS: profetas, sacerdotes y reyes o reinas.

Pero quisiéramos destacar de modo particular a San Leandro (día 13 de Noviembre), elegido Obispo Metropolitano de Sevilla en 578. Convirtió a Hermenegildo, siendo desterrado por el rey arriano Leovigildo en 580, tras ser decapitado el príncipe heredero. Reintegrado a su sede episcopal, tras la muerte del rey y la conversión de Recaredo (586), convocó el célebre Concilio de Toledo en 589. Escribió, para su hermana Florentina, De instructione virginum,animándola a alcanzar la SANTIDAD.

Leandro de Sevilla no solo influyó, a nivel familiar, en todos sus hermanos de sangre, Isidoro, Florentina y Fulgencio, sino que, por la gracia de Dios, fue un excelente «influencer» por su amor a la Palabra (la escrita y la encarnada) entre los cristianos recién convertidos del arrianismo.

Y tú, ¿hasta dónde amas la Palabra? ¿hasta dónde la vives en tu entorno más cercano -familia, amigos…-?

Antonio Bolívar, cmf

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