La mujer de la montaña

Es indudable que la preocupación por el medio ambiente y la urgencia de su cuidado se han revelado en los últimos años como una de las necesidades más sentidas por parte de la población de los países desarrollados, aun en contra de los intereses u opiniones de algunos líderes mundiales y de sectores de la industria. En este contexto, el realizador islandés BenediktErlingsson ofrece un original y algo surrealista acercamiento al tema, al narrar la historia de una profesora de canto de mediana edad que ocupa parte de su tiempo en tramar atentados contra los intereses de grandes compañías multinacionales maltratadoras del ecosistema en su país, Islandia. Naturalmente, las autoridades inician la búsqueda de la presunta delincuente y ésta se las ingenia para escapar una y otra vez con la ayuda de un bondadoso granjero y de una hermana gemela que, aunque no comparte plenamente sus actos, se une a ella y trama su huida para que pueda lograr su propósito de adoptar a una niña ucraniana (lo cual es otro modo de garantizar el futuro para sí misma) y viajar al país eslavo para hacerse cargo de ella.

La historia, tomada literalmente y reducida a sus aspectos esenciales, podría pecar de simplista y ser considerada parte de ese cine social europeo que abunda fijando su atención en las ocultas intenciones de nuestro continente. Pero La mujer de la montaña es algo más, porque la forma o el modo de narrar la historia ofrece motivos para la sorpresa, el interés o quizá la mirada decepcionada, según cómo nos situemos ante ella.

Causa sorpresa, aunque no sea un recurso original, la presencia en medio de la acción de un coro de músicos que interpreta la banda sonora, o tres mujeres ucranianas vestidas con sus trajes típicos que entonan canciones de su país en consonancia con una de las líneas argumentales desarrolladas en la película. Con este recurso tal vezel realizador y guionista pretenda romper la ficción para recordarnos que las reivindicaciones de la protagonista son una realidad necesaria en este mundo tan maltratado por intereses ocultos ajenos al respeto debido a nuestro planeta. El título original de la película (Una mujer en guerra) incide en la pertinencia de sus actos reivindicativos y en el riesgo que conlleva enemistarse con quienes pueden complicarle la vida y anular los resultados de sus buenas acciones.Finalmente, no lo lograrán, porque nuestra heroína conseguirá ganar el futuro con una niña en sus brazos.

Antonio Venceslá Toro, cmf

 

 

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