En la misma semana que Zimbabwe, con el golpe militar y la renuncia del presidente, pasó de la incertidumbre a una nueva esperanza, Argentina, especialmente 44 de sus familias, con la comprobación de la explosión de su submarino perdido, viajó de la búsqueda esperanzada a tener que encontrar razones para seguir adelante con su pérdida. En la misma semana.
En mi vida, también en la misma semana, incluso en el mismo día, hay motivos para tirar la toalla y razones para la esperanza. Lo crucial es a cuáles hago más caso y les entrego mi corazón.
Ahora que iniciamos el Adviento, tiempo especial de esperanza y una que viene de Dios Padre (el que cumple sus promesas, aunque le cueste la crucifixión de su Hijo) que él nos la conceda como un regalo, especialmente en aquello que más la necesitemos.
Equipo de Redacción
