Juan Duns: estudio hecho amor a la Virgen María

BEATO JUAN DUNS SCOTO. 10 noviembre

Muy poco conocido por el público general, prácticamente ignorado por completo, el beato Juan Duns Escoto es, sin embargo, una figura eminente y muy conocida en el campo de la teología. Quizá en ese desconocimiento público puede haber influido el hecho de no haber sido canonizado. Beatificado lo fue en 1993. Que ha sido en su tiempo y lo sigue siendo todavía hoy un «influencer teológico» es indiscutible.

En esta semana recordamos y celebramos el día 10, a otro gran influencer, San León Magno. Grande, como su propio nombre dice, por el conjunto de su obra como Papa y como pensador. A la hora de decidir qué figura presentar hoy, me decido por Duns Escoto, precisamente por ser tan poco conocido.

Nació en Duns, Escocia, hacia 1265. Fue franciscano, ordenado sacerdote en 1296. A continuación comenzó su brillante tarea como profesor en París, Colonia, Cambridge y Oxford, las más prestigiosas universidades de su tiempo. Quizá no hay doctor medieval más eminente que este franciscano. El título de «Doctor Sutil» que le aplicaron dice de su sublimidad y fama en aquel entonces, con claras visiones respecto al futuro. Su amor y su profundización hacia la figura de la Virgen le merecieron también el nombre de Doctor Mariano.

Lo más destacable e interesante para nosotros es que sus ideas y planteamientos teológicos sobre la Virgen y sobre la Encarnación obtuvieron, andando los siglos, su confirmación plena en la declaración del dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María y en el culto a la realeza de Cristo.

En el calor de la controversia, utiliza con frecuencia expresiones que perecen extremistas y hasta heréticas. Su lenguaje es con frecuencia oscuro: un laberinto de términos, definiciones, distinciones y objeciones con las que no es nada fácil avanzar. Por estas razones el estudio de las obras de Escoto es difícil. Esto hizo que circularan y pasaran sin ser contestadas no pocas opiniones insatisfactorias o hasta equivocadas sobre él, de boca en boca o de libro en libro, creciendo cada vez más en el error con el tiempo.

Esto puede explicar que no haya sido canonizado todavía.

En cualquier caso quizá se buena excusa para que te preguntes: ¿Cómo va mi amor a la Virgen María?

Carlos Díaz Muñiz, cmf

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