Aunque fue la semana pasada, recordamos aquí que el 3 de Noviembre concluyó el II CENTENARIO del Nacimiento de Jose Xifré, cofundador de nuestra Congregación y tercer Superior General de la misma. Una persona sumamente «influyente» para la expansión y crecimiento de nuestra Misión.
Durante más de 40 años, sirvió a la Congregación y a la Iglesia con un espíritu universal como el de Claret. Siempre se le veía con un mapa en las manos, suspirando: ¡Ojalá pudiera yo morir por la misión! Se lamentaba de no poder disponer de Misioneros para extender la Congregación por América y África, sobre todo en la Guinea, a pesar del holocausto que ello suponía…
A Cuba, por ejemplo, envió una expedición de 10 Misioneros, pereciendo 9 de inmediato; en el Golfo de Guinea comenzó con 12: 6 Sacerdotes y 6 Hermanos coadjutores para llevar adelante la labor espiritual y la material de construcción de capillas e incluso catedrales. Y en la magna Universidad de Cervera un verdadero ejército de Hermanos albañiles (22) para acomodar a medio millar de aspirantes a Hijos del Corazón de María, para los que escribió, entre otras obras, “El Espíritu de la Congregación” para la promoción vocacional y la formación de sus miembros.
Su Fe movía montañas de obstáculos: sabía que para Dios nada es imposible. Una vez reconocida la Congregación, profesó en manos del Fundador, y él, a su vez, ante él; y murió en Barcelona-Gràcia, dejándonos en herencia su conmovedor testamento.
Mi querida Congregación: Te he amado cuanto he podido hasta el fin, y no te olvidaré en la eternidad. He vivido exclusivamente para Ti, sin perdonar sacrificios ni peligros…. A todos pido perdón y espero obtenerlo, como yo a todos perdono, amando a todos en Dios, como yo amo a mí mismo.
Antonio Bolívar, cmf