Esta semana vuelve a estar repleta de santos influyentes. Yendo de delante atrás os destaco tres.
Qué decir de Pablo de Tarso. El día 25 celebramos su conversión. Se convierte de perseguidor en seguidor de Cristo allá en Damasco. Un resplandor le dejó ciego: «¿Quién eres, Señor?-¡Yo soy Jesús, a quien tú persigues!... ¡Saulo, hermano, Jesús, el Señor, el que se te ha aparecido en el camino, me ha enviado para que recobres la vista y quedes lleno del Espíritu Santo! … ¡Aquí me tienes, Señor!». Gracias a Él, contamos hoy con una correspondencia amplia en la que nos muestra el «milagro» de la buena noticia de Jesús.
También podemos fijarnos en Vicente, protomártir de España (22 de Enero), poco antes de declararse la libertad de cultos por Constantino I el Grande. San Agustín elogiaba su valentía y su victoria, el 22 de enero del 304.*
Palabra del Señor ya rubricada / es la vida de Vicente ofrecida
Como una prueba fiel de que la espada / no puede ya truncar la Fe vivida.
Fuente de Fe y de luz es su memoria / coraje para el justo en la batalla
del bien, de la verdad, siempre victoria / que, en la vida y muerte, el justo en Cristo halla.
Pero me detento en ultima instancia en Santa Inés, aunque la celebrábamos el domingo de la semana anterio (21 de Enero), creo que merece la pena. Inés fue una enamorada de Jesucristo hasta el martirio padecido en su más tierna edad (s.IV). «¡Al que deseé ya lo veo; al que esperaba, ya lo poseo; estoy unida en el cielo con aquel que amé ardientemente en la tierra! ¡Siempre te amé, Padre Santo, siempre te busqué y he deseado; ahora vengo a ti!» Quizás los jóvenes se sientan conmovidos por semejantes palabras; la realidad es que el ejemplo de esta doncella los arrastra. Es un reclamo de santidad de personas influenciadas por Cristo, convertidas ahora a su vez en INFLUENCERS.
¿Cómo de grande es tu amor a Dios?
Antonio Bolívar, cmf
