Hace muchos años dos realizadores muy diferentes (Ingmar Bergman y Robert Benton) ofrecieron el retrato de la descomposición de un matrimonio. Secretos de un matrimonio(1973) y Kramer contra Kramer (1977) eran los títulos de las películas referidas. La primera estaba centrada en las relaciones conyugales de un matrimonio fallido; la segunda incorporaba a la historia al hijo de ambos y las repercusiones que el fin de la relación tenía para el pequeño. Hay muchas otras películas que abordan situaciones similares, en contextos diversos y estilos variados. Hace pocos años, el director iraní Asghar Farhadi ganó premios y reconocimiento con Nader y Simin, una separación, que abordaba también lo que el título sugería. Y muy recientemente el realizador Noah Baumbach ha hecho lo propio aunando vetas abordadas en las películas citadas. Por ello, sería más exacto que se titulara Historia de un divorcio, porque eso es lo que se nos cuenta: el largo proceso, los procedimientos necesarios para poner punto y final a una relación. Pero no es solo eso. Porque no hay en esta película nada mecánico o puramente informativo. Hay alma, dolor, pasión, rencor, cariño, nostalgia, amargura, resentimiento, amor, malentendidos, frustración… Nicole y Charlie han sido una pareja enamorada durante diez años. Director de una compañía teatral, él; actriz de la misma compañía, ella. Los primeros minutos de la película parecen una declaración de amor mutuo, un reflejo del cariño, del reconocimiento que se profesan y la admiración que sienten mutuamente… hasta que descubrimos que es un ejercicio dictado por el mediador que les ayuda para limar asperezas y ayudarles a vivir con serenidad ese doloroso momento en que todo parece perdido y es difícil dar marcha atrás en su separación.
También en Historia de un matrimonio podemos acompañar las mezquindades que los abogados ponen en juego para defender los intereses de sus clientes, aun cuando estos no dejan de arrepentirse y desean salir de ese círculo de rencor que no han buscado, porque se siguen respetando y no quieren hacerse daño. Expuestos a la tensión de su ruptura, Nicole y Charlie terminan por explotar en una dura escena llena de reproches y violencia verbal, que concluye con arrepentimiento y lágrimas. Porque, incluso en ese momento cumbre de enfrentamiento, queda la impresión del amor que se profesan y la dolorosa constatación de que podrían continuar siendo felices y viviendo ese amor eterno que Adam Driver canta con profunda melancolía cuando se ha culminado el proceso de separación y solo el hijo de ambos hace posible que sus caminos continúen cruzándose.
Si tienen la oportunidad, no dejen de ver Historia de un matrimonio. No la busquen en los cines, sino en Netflix, la plataforma que la ha producido.Es una gran película, profunda, llena de momentos intensos y dos interpretaciones (las de Adam Driver y Scarlett Johansson) que valen por sí solas las dos horas y cuarto empleadas en acompañar su tormentoso viaje.
Antonio Venceslá Toro, cmf