José María Bolívar Molina, cmf es actualmente miembro y superior de nuestra comunidad de Las Palmas de Gran Canaria – Rabadán. Además, forma parte del Equipo Parroquial del Corazón de María. Comparte hoy con todos nosotros algunos pensamientos a modo de testimonio de fe y vida.
Mi testimonio DE FE Y VIDA tiene que ver con unas experiencias vividas desde la fe con personas y acontecimientos, alegrías y sufrimientos, heridas curadas y aún abiertas, fracasos y éxitos y también con el amor dado y recibido. Dios se ha servido de todo y lo vivo sabiéndome en las manos de Dios Providente y en esta parroquia y con unos hermanos concretos.
Me brota desde el corazón alabar, bendecir, dar gracias a Dios por todos sus beneficios; por tantas y tantísimas cosas, personas y acontecimientos que me ha ido regalando. No los olvido y hago memoria agradecida. Al compartirlos mi alabanza y acción de gracias se renueva y agranda. Lo hago con el salmo 103.
“El perdona todas tus culpas”. Mi vida es pobre y pecadora, con olvidos e infidelidades, con incongruencias, pero por encima de todo siempre ha resplandecido su perdón. Me siento en el corazón enamorado de un Dios que me sigue desposando en justicia y fidelidad y que me envía en esta parroquia y comunidad a llevar amor y perdón a todos.
“Cura todas tus enfermedades”. El sigue siendo médico permanente para mis enfermedades físicas y espirituales, para mis heridas y cicatrices que me hacen sufrir pero me ayudan a no olvidarme que sigo necesitando de él y de su medicina y, así como soy y estoy, Él me envía a ser médico y medicina para los demás.
“Libra tu vida de la fosa”. En todos los momentos duros y de oscuridad, de crisis y desesperanza, de fracaso y soledad la última palabra ha sido una mano grande, tierna y amiga que me ha agarrado fuertemente y me ha hecho experimentar su amor de padre y madre que me decía: no temas, estoy contigo, nada ni nadie te separarán de mi amor. Aunque sangres por dentro sigue evangelizando.
“Te colma de amor y ternura”. Mi vida entera es un canto a su amor tierno presente siempre y en todo y que me ha llegado a través de tantos medios, personas, situaciones y acontecimientos. Mi vida es un canto permanente escuchado y cantado, al amor materno de un Dios que “se ha enamorado de mi por puro amor” y me ha hecho, sin mérito alguno por mi parte, HIJO DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARIA. Estoy llamado a tener corazón de Madre en la parroquia.
“Sacia de bienes tu existencia”. Su gran bien y alimento que me hace vivir y morir, luchar y descansar, decir sí y no, orar y trabajar, sufrir y gozar, cargar con la cruz propia y ajena, dar y recibir es JESÚS. Actualmente repito una oración de petición. Señor, Jesús, que Tú seas para mí suficientísimo como lo fuiste para María, para Pablo, para Claret. Que llenes toda mi vida. Nuestra misión: llevar a Jesús.
“Te rejuvenece como un águila” Dios me rejuvenece e ilusiona diariamente. Siempre puedo empezar de nuevo”. Él Señor ha sido el fuerte que me ha levantado, me ha impulsado, me ha ido enseñando cómo caminar y por dónde. Lo ha hecho a través de los regalos de la Palabra y Eucaristía, la comunidad como don y tarea y la misión a la que se me ha enviado y que he realizado. Y ahora es el equipo y la comunidad parroquial
Y, finalmente, como el Señor ha sido bueno, tierno y misericordioso conmigo y todos, así quiero seguir llevándolo a los demás siendo reflejo suyo y configurándome con Jesús.José María Bolívar Molina, cmf