Cercana la fecha del Corpus me gusta releer este texto del sacerdote cacereño de la Diócesis de Plasencia Rafael Prieto Ramiro -conocido por sus muchas publicaciones para Cáritas, particularmente los libros de apoyo litúrgico para los tiempos «fuertes»- que he compartido con diferentes grupos y se puede aplicar a diferentes realidades y situaciones: matrimonios, padres, sacerdotes, misioneros…. Claretianos.

Deseo que te ayude como a mí.

José Manuel Caselles, cmf

HACERSE PAN.

Puede que sea bonito, pero desde luego no es nada fácil hacerse pan.
Significa que ya no puedes vivir para ti, sino para los demás.
Significa que ya no puedes poseer nada, ni cosas, ni tiempo, ni talentos, ni libertad, ni salud; todo lo tuyo ya no es tuyo, es de y para los demás.
Significa que tienes que estar enteramente disponible, a tiempo completo.
Ya no puedes protestar si te exigen mucho, si te molestan mucho, si te llaman a cualquier hora y para cualquier cosa.
Significa que debes tener paciencia y mansedumbre, como el pan, que se deja amasar, cocer y partir.
Significa que debes ser humilde, como el pan, que no figura en la lista de platos exquisitos; está ahí, siempre para acompañar.
Significa que debes cultivar la ternura y la bondad, porque así es el pan, tierno y bueno.
Significa que debes estar siempre dispuesto al sacrificio, como el pan que se deja triturar.
Significa que debes vivir siempre en el amor más grande, capaz de morir para dar vida, como el pan.
San Ignacio de Antioquía quería ser triturado por los dientes de las fieras para llegar a ser pan de Cristo.
Tú, no hace falta que busques a los leones para que te trituren.
Déjate triturar por esos cachorrillos que son los hermanos.
Déjate amasar por las contrariedades, los trabajos y los servicios a favor de los hermanos.
Déjate cocer por el fuego del amor y del espíritu.
Después ya podrás ofrecerte a todos los que tengan algún hambre.

Rafael Prieto Ramiro, pbro

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