EL ZAPATERO REMENDON

La antigua tienda

del zapatero remendón,

tenía el olor a una luciérnaga

apacible sobre el papel carbón

de la noche extensa y noble.

 

Había cerrado sus puertas

mohosas de cuero vaquero

y suelas revestidas de duendes

con nailon asimétrico.

 

Sus clientes,

pobres y de cuellos desnutridos,

acortaban la vida de sus zapatos,

de tanto pisar los caminos

y hundir en el piso

las encallecidas pisadas.

 

Cada paso y caminata

cicatrizaban una historia

en la revestida forma

de sus suelas ya sin vida.

 

El zapatero remendón,

calidoscópico artesano,

remendaba los sueños de cada uno de sus clientes.

 

Los complacía en todas sus apetencias

y formas decoradas…

 

Algunas no eran más que cansadas historias

retornadas en la piedra del mito de Sísifo,

ascendiente y descendiente

en la colina despejada.

 

Otras historias

eran tristes y alegres,

de triunfos y de fracasos;

de soles y lunas,

de combates y días desgastados.

 

Conocí su antiguo oficio cuando los míos

murieron en una tarde de lluvia

y los llevé a su tienda para ser reparados.

 

Conocí sus ágiles dedos y tachuelas,

su grumoso pegamento de estrellas

y su afiche de Chaplin

sobre la pared enlutada de su tienda.

 

Ahora voy recorriendo

esta ciudad de regreso,

y tengo la sensación de que extraño mis zapatos.

 

Quisiera devolverme

desde esta quimera recorrida

y encontrar aquellas suelas mías

que un día besaron la vida

 

Pero ya es tarde,

lo viejo nos da experiencia

los cambios un viento nuevo,

y la vida pasa y pasa

en un anaquel a destiempo…

 

Solo me queda respirar

las historias pasadas

que abrazaron las suelas

de mis zapatos desiertos,

y colocar otra piel

sobre la mirada

de mis zapatos antiguos,

ligeramente, nuevos.

 

Ramón Uzcátegui Méndez, sc

(FOTO: Emmanuel Acua)

O SAPATEIRO REMENDÃO em portugués

 

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