El papa Francisco señala la libertad de migrar como un derecho humano esencial

La migración es un fenómeno complejo y articulado que exige el análisis atento de todos los aspectos que caracterizan las diversas etapas de la experiencia migratoria. En este contexto, el papa Francisco ha decidido dedicar el Mensaje para la 109ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado titulado Libres de elegir si migrar o quedarse a la libertad que debería caracterizar siempre la decisión de dejar la propia tierra.

El título de la iniciativa de solidaridad promovida hace algunos años por la Conferencia Episcopal Italiana, “Libres de partir, libres de quedarse”, recoge este concepto de libertad que debería caracterizar la decisión de migrar. En muchos casos, la migración no es una decisión libre, sino que está motivada por conflictos, desastres naturales, o la imposibilidad de vivir una vida digna y próspera en la propia tierra de origen. “De mi escucha constante a las Iglesias particulares he podido comprobar que la garantía de esa libertad constituye una preocupación pastoral extendida y compartida”, subraya Francisco.

Para eliminar estas causas y acabar con las migraciones forzadas es necesario el trabajo común de todos, cada uno de acuerdo a sus propias responsabilidades. Es un esfuerzo que comienza por preguntarnos qué podemos hacer, pero también qué debemos dejar de hacer. “Debemos esforzarnos por detener la carrera de armamentos, el colonialismo económico, la usurpación de los recursos ajenos, la devastación de nuestra casa común”, exhorta.

Además, para que la migración sea una decisión realmente libre, es necesario esforzarse por garantizar a todos una participación equitativa en el bien común, el respeto de los derechos fundamentales y el acceso al desarrollo humano integral. “Solo así se podrá ofrecer a cada uno la posibilidad de vivir dignamente y realizarse personalmente y como familia”, subraya Francisco.

La tarea principal para lograr esto corresponde a los países de origen y a sus gobernantes, llamados a ejercitar la buena política, transparente, honesta, con amplitud de miras y al servicio de todos, especialmente de los más vulnerables. Sin embargo, aquellos han de estar en condiciones de realizar tal cosa sin ser despojados de los propios recursos naturales y humanos, y sin injerencias externas dirigidas a favorecer los intereses de unos pocos.

El mensaje del papa Francisco es claro: la migración debe ser una decisión libre, no forzada por la pobreza, el miedo o la desesperación. Para lograrlo, debemos trabajar juntos para eliminar las causas de la migración forzada y garantizar a todos una participación equitativa en el bien común y el acceso al desarrollo humano integral. Además, es esencial que los gobiernos de los países de origen ejerzan una buena política al servicio de todos, especialmente de los más vulnerables, sin ser despojados de sus propios recursos naturales y humanos.

 

Abraham Canales

Director de Noticias Obreras.

(FOTO: Noticias Obreras)

 

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