El FRONTEX: una institución bajo sospecha por vulnerar los Derechos Humanos

Las relaciones entre España y la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex) son más tensas que nunca. La pugna por el despliegue de medios materiales y el control de los operativos ha llevado a Frontex a amagar con suspender su actividad en el Estrecho y las islas Canarias.

Las tensiones vienen de lejos y son el reflejo de la disputa entre los cuerpos y fuerzas de seguridad nacionales y una agencia europea de fronteras con un mandato extendido. En los planes operativos para este 2021 Frontex reclamaba a España mayor control sobre la inteligencia y el acceso a los datos de carácter personal en las fronteras españolas, competencias en materia de investigaciones transfronterizas (como las mafias de narcotráfico internacional) o el despliegue sobre el terreno del nuevo cuerpo de agentes europeos, un personal armado de cuya profesionalidad recelan las policías españolas.

La negociación de estos puntos ha estado marcada por otra de las principales batallas para España: el papel de la agencia en las islas Canarias, un enclave desde el que Frontex quiere ganar influencia en África. Actualmente, la agencia trabaja con un equipo de 26 agentes, españoles y extranjeros, que apoyan a la Policía Nacional en la identificación y las entrevistas a los migrantes con el objetivo de desbaratar las redes que les facilitan el viaje. Pero este despliegue tiene una cobertura limitada y el espectacular repunte de llegadas al archipiélago, que ha recibido casi 25.000 personas en los últimos 13 meses, impulsó nuevas negociaciones entre Varsovia y Madrid.

Frontex, tiene presupuestados 5.600 millones de euros para los próximos siete años, e  incorporará 10.000 agentes propios para la vigilancia de fronteras y costas. En este contexto de crecimiento, la agencia empieza a demandar más control e influencia sobre las operaciones y no quiere limitarse a ofrecer barcos y aviones. España, por su parte, quiere el apoyo de la agencia en los países de origen, pero siempre bajo su mando. No quieren ceder espacio ni competencias en un ámbito en el que llevan años invirtiendo recursos propios y experiencia.

Por otro lado, el Frontex desplegados en Canarias no han informado sobre ningún tipo de anomalía en la gestión de la presión migratoria que vive el Archipiélago desde el año pasado. Sin embargo, un informe realizado sobre la actividad de la agencia de fronteras de la Unión Europea mantiene dudas sobre casos en los que presuntamente se cometieron violaciones de derechos humanos, aunque no detecta pruebas de que incumplió la legislación vigente. La pasada semana en Bruselas se han dado pasos políticos para aclarar la situación del Frontex, que sigue bajo sospecha.

 

José Antonio Benítez Pineda

@benicmf

(FOTO: Los agentes de Frontex interrogan a algunos migrantes recién desembarcados en Gran Canaria durante el mes de enero | JAVIER BAULUZ | EL PAÍS, 1 de febrero 2021)

 

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