13 de Octubre de 2019. 28 Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo C.
La primera lectura de este domingo nos cuenta cómo Naamán, general del ejército sirio, hizo caso a la palabra del profeta Eliseo, se bañó en el rio Jordán y quedó curado de la lepra. Desde entonces solo el Señor será su Dios.
También en el Evangelio se nos cuenta cómo Jesús curó a 10 leprosos, pero solo uno de ellos, extranjero como Naamán, vuelve para dar las gracias por su curación. Esa será su salvación.
Esta Palabra del domingo nos deja claro que la oración confiada (“Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros…”) tiene mucho poder. Sobre todo si es una oración que refleja nuestra condición personal y nuestras debilidades. También nos enseña que la misericordia de Dios no excluye a nadie, sea de la condición que sea, y que esto nos obliga a los creyentes o ofrecer la paz y la salvación que hemos recibido de Dios. Y, por encima de otras cosas, que debemos recuperar el don de la gratitud, que a veces olvidamos.
Necesitamos que la Gracia nos toque el corazón para acoger de forma afectiva y efectiva a los que se cruzan e nuestro camino. Muchos de ellos nos enseñan a ser agradecidos.
Juan Ramón Gómez Pascual, cmf