7 de julio 2019. (14º T O C)
Jesús y sus discípulos están recorriendo Palestina y anunciando la llegada del Reino de Dios. Nos cuenta san Lucas que Jesús eligió y mandó a 72 de ellos “a los pueblos y lugares a donde pensaba ir él”. No son solo los 12, sino muchos más, ya que “la mies es abundante”. Y les hace unas recomendaciones: – que vayan de dos en dos a prepararle el camino; – les avisa de las dificultades que encontrarán: “como corderos en medio de lobos”; – sin equipaje que estorbe; – sin perder el tiempo en el camino; – curando a los enfermos; y lo más importante: – anunciando la llegada del Reino de Dios y trayéndoles la paz.
Jesús pide a sus discípulos “rogad al Señor de la mies, para que envíe obreros a su mies”. Con frecuencia escuchamos a algunos fieles quejarse de la edad de los sacerdotes, del mucho trabajo que tienen algunos con varias parroquias a su cargo, y de la falta de vocaciones. Quizá se hayan olvidado del mandato de Jesús. ¿A quién puede hoy enviar el Señor? No solo se necesitan sacerdotes, sino también laicos comprometidos que con su palabra y su vida hagan presente el Reino. Personas dispuestas a afrontar las dificultades en un mundo “de lobos”. Personas que confíen en la Palabra del Señor y no busquen el respaldo de sus propias seguridades, que no se sientan intimidados si no ven resultados inmediatos. Los que con confianza, sin temor, son capaces de vivir desde el amor a los demás, también estarán llevando la paz a sus casas.
Juan Ramón Gómez Pascual, cmf
