El comentario del Domingo: Pentecostés

20 de mayo de 2018. Jn 20, 19-23

Al despedirse de los discípulos, Jesús les prometió que estaría con ellos todos los días, hasta el fin del mundo. Pero con una presencia diferente, mediante su Espíritu. Y el día de Pentecostés se inició este nuevo modo de presencia. Como esa Fuerza que llevó a los apóstoles a ser testigos de Jesús y dar su vida por ello.
También hoy esta presencia continúa siendo real y palpable. Está en esos cristianos que cada día tratan de vivir amando a los que están con ellos. En los que entregan todos sus esfuerzos por la paz y la justicia. En los que son capaces de dar su vida cuando son humillados, perseguidos y martirizados por el mero hecho de creer en Jesús. Presente también cuando hay alguien capaz de perdonar. Cuando, desde el Papa hasta el último de los fieles, muestran un camino de amor y respeto a los demás. Y en los sacramentos, signos de la acción y del amor que Dios nos tiene.
Dice san Pablo que «nadie puede decir: Jesús es Señor, si no es bajo la acción del Espíritu Santo». Debemos buscar en nuestras vidas esa presencia del Espíritu y dejarle actuar en nosotros. Es la forma de cumplir el mandato de Jesús: Id por todo el mundo y vivid el evangelio».

Juan Ramón Gómez, cmf

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