El comentario del Domingo: IV Domingo de Adviento

24 Diciembre 2017. Lc 1, 26-38

Como en cualquier familia, al echar mano en estos días para preparar las fiestas que se acercan, he visto, de nuevo, el trajín que se produce en todos los centros comerciales. Adornos, regalos, manjares… Y es que nos gusta que todo esté al detalle, que no falte nada. Parece que el éxito y la felicidad de estas fiestas depende de esta preparación. El encuentro en familia ha de ser el mejor del año.
Y me gustaría que, entre tanto ajetreo, no se nos olvidara que en este encuentro de familia hay una persona muy especial, que estará presente si entre los demás hay armonía, paz, amor.
Cuando estamos a las puertas de la Navidad, María, la joven Madre, nos da las claves de esa espera fecunda. Escucha al enviado por Dios, acoge su palabra, acepta el mensaje, y Dios se hace hombre en ella.
Que en nuestra preparación de la Navidad no olvidemos lo fundamental: que nuestro corazón esté dispuesto para aceptar, acoger y amar al que se hace presente en nuestra vida.
 
Juan Ramón Gómez, cmf

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