El comentario del Domingo: III Tiempo Ordinario

26 de Enero de 2020. III Domingo Tiempo Ordinario Ciclo A. Mt 4, 12-23

Quiere el Papa Francisco que este tercer domingo del tiempo ordinario sea considerado como “el domingo de la Palabra de Dios”. Es una invitación para todo seguidor de Jesús, para que la luz del Evangelio, la Buena Noticia del Reino de Dios, sea un mensaje de alegría y esperanza, y que sea esta Palabra la que esté en el centro de nuestras vidas.
Jesús, enterado del arresto del Bautista, se desplaza a Galilea, a una zona con bastante presencia de gentiles. Nos dice san Mateo que allí comenzó la predicación de Jesús. Sus primeras palabras son: «convertíos, porque está cerca el Reino de Dios». Y se las oiremos en diferentes ocasiones. Nos pide un cambio de actitud que con frecuencia nos resulta incómodo. Nos resistimos a salir de nuestra propia comodidad, de nuestras costumbres. Se vive mejor y más tranquilos sin tener en cuenta lo que nos rodea. Es que nos resistimos a convertirnos, a dejar nuestras «seguridades» e ir tras él con toda confianza. Convertirse es vivir el mensaje del amor, hacer del perdón algo normal, echar una mano al que lo necesita, y dar fe con nuestra vida de la buena noticia del amor y de la salvación de Dios.
Vio Jesús a unos pescadores y les llamó a seguirle. Los primeros discípulos se sintieron interpelados, e ilusionados. Capaces de seguirle de forma radical. Y aún en medio de muchas dificultades, viven con Él y aprenden los valores del Reino. Ya no es solo Jesús la Luz que ilumina. Jesús les dice que son luz del mundo y sal de la tierra.
¿Me considero discípulo de Jesús?¿Sirve mi vida para iluminar a alguien?

Juan Ramón Gómez Pascual, cmf

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