El comentario del Domingo: III de Cuaresma

19 de Marzo de 2017. Jn 4, 5-42.

El encuentro de Jesús con la mujer samaritana a la que pide agua del pozo, me llena de esperanza cada vez que lo leo.

Como aquella mujer, todos sentimos sed. Sed de la verdad, de la felicidad, del amor, de la vida. Jesús, que comparte nuestra sed y nuestras necesidades, se encuentra con ella y le pide de beber, pero también le ofrece «agua viva». Y en el diálogo entre ambos se abre el camino de la fe a la mujer. Jesús pasará progresivamente de ser un judío a señor, profeta y mesías. Lleva a la mujer a reconocer las verdades y mentiras de su propia vida, le da un voto de confianza, y ella se convertirá en anunciadora del Mesías a las gentes de su pueblo.

Jesús es la respuesta de Dios a toda clase de sed. Pero solo encuentra la respuesta el que busca a Dios en espíritu y en verdad, dentro de su propio corazón.

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