El comentario del Domingo: 9 de Julio

Mateo 11, 25 – 30:

Domingo, 9 de julio de 2023 (14º T O A)

¡Qué oración más bonita hace hoy Jesús, y cómo llena de esperanza!: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla… Nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”.

Ni a sabios, ni a entendidos, ni a teólogos complicados, en definitiva, a los que «se lo creen», los «enterados», los «poseídos de sí mismos», y que no necesitan a nadie. Dios se manifiesta solo a los que se acercan a él con un corazón sencillo y humilde. El que sabe que necesita de Dios, aunque sea un intelectual pero no un sabiondo, ese es el que llega a descubrir «estas cosas», porque está en sintonía con Jesús, que tiene un corazón humilde, sencillo, comprensivo, acogedor, tolerante, cercano al que sufre cualquier mal…

Y, además de anunciar el perdón y la salvación, se indigna y denuncia las injusticias y todo lo que va contra el bien, hasta llegar a coger el látigo para echar a los vendedores del Templo. Es humilde y sencillo, pero el camino que nos enseña es recio y complicado, y requiere esfuerzos que cansan. Entonces nos dice: «Venid a mí, que yo os aliviaré».

La humildad y sencillez requieren de la oración, del contacto con Jesús, para poder seguir en su camino. Si pretendemos hacerlo solos, es que empezamos a considerarnos auto suficientes, nos volvemos «sabios y entendidos». Entonces Dios se nos oculta.

 

Juan Ramón Gómez Pascual, cmf

¿Es tu corazón sencillo y humilde?

 

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