Lucas 3, 1-6:
Domingo, 5 de diciembre 2021 (2º T A C).
Comienza el Evangelio de este segundo domingo de Adviento situándonos temporalmente, dándonos los nombres de los personajes que gobernaban esos días en la región, para que tengamos claro que tanto Juan Bautista como Jesús son personas históricas: En el año decimoquinto del emperador Tiberio… vino la Palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, que recorría toda la comarca del Jordán predicando y llamándonos a un cambio en nuestras vidas. Nos pide que preparemos el camino al Señor: allanad sus senderos, enderezad lo torcido, que lo escabroso se convierta en llano… Así todos verán la salvación de Dios. Necesitamos cambiar para que Dios se haga presente en nuestras vidas y así ser un motivo de esperanza para los que nos rodean.
Pero es que vivimos tan bien, tan a gusto, que cualquier cambio en nuestra vida es mirado con recelo. En esto somos muy conservadores. Decimos que somos buenos, que no hacemos mal a nadie, que cumplimos… ¿Acaso no son justificaciones para no hacer nada? Si miramos en el fondo de nuestro corazón, siendo sinceros con nosotros mismos, siempre encontraremos “caminos que allanar, sendas torcidas que debemos enderezar”.
Qué bueno sería que pudieran decir de nosotros lo que S. Pablo dice de sus fieles filipenses. “que vuestra comunidad siga creciendo más y más en penetración y sensibilidad para apreciar los valores”. Así todos podrían ver la salvación de Dios.
Juan Ramón Gómez Pascual, cmf
