El comentario del Domingo: 31 de Diciembre

Lucas 2, 22-40

31 de diciembre de 2023: La Sagrada Familia B.

Solo han pasado dos días desde la Navidad y hoy proponemos una breve reflexión sobre esta familia recién formada: la Sagrada Familia. La hacemos a partir de los textos propuestos en la liturgia del día. El Eclesiástico nos habla del amor y respeto a los propios padres, que nos servirán incluso para reparar nuestros pecados. San Pablo nos recuerda que somos elegidos de Dios y que en la familia deben reinar el perdón, la paz y el amor. Y san Lucas, en el evangelio nos recuerda cómo María y José presentaron al Niño en el templo como mandaba la ley, y que Jesús crecía lleno de sabiduría y gracia de Dios.

No fueron fáciles los comienzos de la Sagrada Familia: sin sitio en la posada, perseguido por Herodes, emigrantes a Egipto. Tampoco lo fueron los momentos posteriores, que terminarían en la cruz. Pero en todo momento estuvieron bajo la mirada de Dios y aceptando y cumpliendo su voluntad. Hoy, más que nunca, han de ser el espejo donde nos podemos mirar, aprender, imitar. Siempre con la certeza de que Dios también está con nosotros.

Son muchas las familias que en estos tiempos pasan por dificultades económicas, de salud, rupturas… La falta de diálogo, la desconfianza, la poca capacidad de sacrificio, las posturas cerradas ante el otro son causa de fracasos familiares. Es necesario el respeto mutuo, el volver a la ilusión de los primeros momentos, y que el amor sea la base y el apoyo ante todo lo que venga. Que los hijos sean la ilusión de los padres, y los padres el orgullo de sus hijos.

Me gustaría que estas palabras fueran un soplo de esperanza y optimismo, de decisión y compromiso, para todas las familias que están inmersas en la duda y en las dificultades y ven el futuro demasiado negro.

¡Enhorabuena a todos los que formáis parte de una familia en la que se quiere a todos sus miembros! Que el año que estamos a punto de empezar traiga felicidad a todas las familias.

 

Juan Ramón Gómez Pascual, cmf

Que los hijos sean la ilusión de los padres, y los padres el orgullo de sus hijos

 

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