El comentario del Domingo: 3 de Octubre

Marcos 10, 2-16:

 

Domingo, 3 de octubre 2021 (27º T O B)

 

Ante las dificultades que presentan a Jesús, el Evangelio de este domingo nos dice cuál es su postura frente al matrimonio, que no admite dudas: «lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».

Son muchos los católicos que no tienen claros los criterios ante los problemas que puedan surgir en la vida matrimonial y que pueden llevar a la ruptura. En la doctrina de la Iglesia solo caben dos posibilidades.

 

  • Separación: cada uno por su lado, pero permanece el vínculo, siguen casados.
  • Anulación o nulidad: hay causas de antes de la boda que impidieron la realización del sacramento, que lo hicieron nulo (no hubo matrimonio aunque celebraran la boda).

 

Ante las preguntas que hacen algunos y los argumentos que esgrimen, el Papa Francisco no ha cambiado la doctrina. Solo ha pedido que se aceleren los procesos y que no se graven económicamente. Que se analicen las causas (inmadurez, falta de fe, desconocimiento, fuerzas internas o externas…) para una rápida determinación de nulidad o no nulidad. A veces se encuentra uno con parejas que pretenden encontrar “un mínimo indicio” para conseguir la nulidad, pero también la Iglesia, a través de los defensores del vínculo, buscará “un mínimo indicio” para que el vínculo permanezca.

El sacramento del matrimonio es signo del amor de Dios por su Iglesia, amor hasta la cruz. Si este amor no puede fallar, el sacramento que es signo del mismo amor, tampoco. La falta de compromiso, la inmadurez, la poca capacidad de sufrimiento o la creciente permisividad social (dureza de corazón), hacen que algunos matrimonios parece que vengan con fecha de caducidad y se pretenda justificar lo que no es.

Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre. El divorcio no tiene sitio en la mente de Jesús. Solo en la legislación civil.

 

Juan Ramón Gómez Pascual, cmf

 

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