El comentario del Domingo: 19 de Septiembre

Marcos 9, 30-37:

 

Domingo, 19 de septiembre 2021 (25º T O B).

El Evangelio de este domingo nos cuenta que Jesús iba instruyendo a sus discípulos, y entre otras cosas les decía: “el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán, y después de muerto, a los tres días, resucitará. Pero no entendían lo que decía, y les daba miedo preguntarle.

Estaban «en otra onda». Siguen pensando en honores y preferencias. Jesús les tiene que aclarar las condiciones para ser su discípulo: servidores de los demás, empezando por los más humildes.

Hay muchos cristianos que no han comprendido (¿aceptado?) el contenido de las palabras de Jesús. Les resulta más fácil acomodarse a los deseos de este mundo y desearlos, que aceptar algunos principios cristianos que nos resultan difíciles. Aceptar la cruz de cada día, las dificultades que nos presenta la vida, los sinsabores del mal, la enfermedad o la carencia de medios necesarios, nos resulta complicado.

Nos cuesta entender y vivir lo que nos pide Jesús. Todos queremos que nos aplaudan, que nos admiren, que nos consideren. ¿A quién le puede gustar ser el último o el servidor de todos? «No he venido a ser servido, sino a servir y dar mi vida por todos», nos dice Jesús. Y lo hizo. Si queremos ser sus seguidores tendremos que aceptar este criterio en nuestras vidas.

En el Concilio Vaticano II, la Iglesia (todos los cristianos) se declaró «servidora de la Humanidad», y no dueña y señora, que todo lo sabe y a quien todos han de servir. Jesús se entregó por nosotros, y nosotros debemos aprender a entregarnos por los demás. Por mucho que nos cueste.

 

Juan Ramón Gómez Pascual, cmf

 

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