1 de Noviembre de 2020. TODOS LOS SANTOS. Mt 5, 1-12a
Este domingo celebramos la solemnidad de Todos los Santos, fiesta que prevalece sobre la del domingo correspondiente. El evangelio de este día nos propone el texto de las bienaventuranzas, en el que Jesús nos va señalando el camino para ser santos, y para que podamos cumplir su deseo de “ser santos como vuestro Padre celestial”. El Papa Francisco, en la exhortación Gaudete et Exultate nos habla de “los santos de la puerta de al lado”, y con ella se refiere a tantas personas que día a día trabajan por sus familias, a los enfermos que sufren con paciencia y ofrecen su mal, a los ancianos que viven con alegría sus muchos años, a todos aquellos que se esfuerzan desde sus posibilidades por hacer un mundo mejor, a los jóvenes que viven su fe en una sociedad que les pone muchas trabas, en resumen, a todos aquellos que son un reflejo de la presencia de Dios en nuestra vida. Porque no podemos dudar de que el Espíritu Santo sigue impulsando a muchas buenas personas a vivir ese ideal que tenía Jesús.
Esta santidad es posible en este siglo XXI. A ella estamos todos llamados. Hace unos días fue beatificado el joven de 15 años Carlo Acutis, quien, a pesar de sus pocos años, fue capaz de hacer realidad las bienaventuranzas. Hizo del mensaje de Jesús el centro de su vida, hasta que una muerte temprana lo llevó a la presencia del Padre. Su caso ha sido difundido por los medios de comunicación y hasta comentado en programas de televisión en espacios no religiosos. Pero no por conocido es el único, ya que son muchos los jóvenes, y otros menos jóvenes, que siguen luchando cada día por hacer que su vida sirva de luz para los que les rodean. Son los santos de la puerta de al lado. A lo que hay que contar entre Todos los Santos. Que el Espíritu de Jesús nos impulse a vivir buscando la santidad.
Juan Ramón Gómez Pascual, cmf
