«Dios es el protagonista de mi historia» (José Ramón García, cmf)

El pasado día 23 de junio he celebrado mis bodas de plata como sacerdote en la parroquia del Inmaculado Corazón de María de Córdoba, conjuntamente con las comunidades parroquiales de Miralbaida y Palmeras, y con la presencia de otros hermanos claretianos y de otros amigos de otras parroquias y mi madre.

Planteé la celebración como un día de Acción de Gracias porque eso era lo que sentía en el corazón al pensar en estos 25 años. Gracias a Dios porque él es el protagonista de esta historia desde que me llamó hasta el día de hoy. Y en este agradecimiento a Dios por la obra que ha realizado en mí, el agradecimiento por la presencia de los pobres en mi vida y mi vocación, sin los cuales muchas cosas carecerían de sentido y sin los cuales no sería hoy quién soy. Ellos han ido modelando mi corazón y mi vida, mi visión de las cosas y de Dios, y mi paso por este mundo. Gracias a los superiores y a la congregación que me han posibilitado estar en ámbitos de misión entre los pobres porque creo que en ellos y por ellos me ha llamado y me continúa llamando Dios. Y he dado gracias a Dios también por todas las personas que ha puesto en mi camino (compañeros de evangelización, familia, amigos, hermanos claretianos…) y a los que amo profundamente. Han sido en muchas ocasiones ejemplo de vida, de entrega, de lucha. Y tampoco entiendo mi vocación sin el pueblo porque me siento parte de ese pueblo de Dios y comunidad con él.

Y no puedo dejar de agradecer de una forma también muy especial a tantas personas que con mucho cariño y mucho trabajo se han involucrado para poder celebrar de forma compartida estos 25 años de sacerdote. Casi podría decir que hasta tenían mucha más ilusión que yo para celebrar este momento y preparar tantas cosas. Muchas gracias en nombre propio, de mí comunidad claretiana y toda la provincia Bética y de mi familia.

Muchas gracias a todos por su oración y sus felicitaciones. Y pido a Dios que siga siendo el protagonista de mi vida. Que no permita que se acostumbre mi corazón a ver el dolor de los pobres ni al drama y signo de los tiempos de hoy que está suponiendo la migración.

Un abrazo a todos. Y nuevamente gracias a Dios.

P. José Ramón García,cmf

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