Helena Maleno, defensora de derechos humanos, activista, periodista e investigadora de los movimientos migratorios y la trata de seres humanos, fundadora del colectivo «Caminando fronteras», que trabaja por el reconocimiento de los derechos de las personas migrantes, se encontró ayer, martes 13, en nuestra parroquia de La Paz, con aquellas realidades que nos movemos en pro de los derechos de nuestros hermanos migrantes en esta isla de Gran Canaria.
El objetivo del encuentro era hacernos conscientes y partícipes, y poder compartir una preocupación que ella junto con el colectivo “Caminando Fronteras” viene investigando últimamente: «Qué pasa con los muertos y los desaparecidos». Están elaborando una guía sencilla para las familias que pierden a sus seres queridos, para que puedan llorar a sus muertos y puedan tener el derecho a hacer su duelo. Constata como las necrofronteras intentan impedir incluso a que las familias puedan tener su duelo, saber qué ha pasado con sus familiares muertos, cómo pueden llorarlos, … Esas familias, siguen preguntando por los suyos meses después de su partida, necesitan saber si han recibido un enterramiento digno, acorde con sus creencias, y quién los ha acompañado en su final.
Y nos ha insistido en la necesidad que tienen -las familias de las personas que mueren o desaparecen en su travesía hacia Europa- de saber qué procedimiento se ha seguido para enterrarlas, en los casos en los que haya sido posible, ya que considera que existe un «vacío» por el que muchos países de la UE se niegan a reconocer los derechos de los migrantes que fallecen intentando alcanzar sus costas.
Compartía con nosotros que la política de frontera que aplica España es «la de no hacer nada e invisibilizar a los muertos», dado que mientras que no haya cuerpos no hay víctimas y, por tanto, no hay familias que los pueda reclamar, una situación que tiene no solo un profundo impacto psicológico y moral sino también legal muy importante en los parientes de los fallecidos y desaparecidos, que también tienen derecho a la reparación y a la no repetición.
Las organizaciones presentes en el acto constatábamos la gravedad de esta realidad y la ignorancia de este dolor, preocupados en los vivos. Nos pedía a todas las organizaciones sensibilizadas ante este drama, no callar, denunciar y hacer visibles esta realidad. Hacer un frente común ante las administraciones del Estado para reivindicar los derechos que tienen estas personas aunque hayan fallecidos y procurar que las familias tengan también derecho a su duelo.
Previo al encuentro con las distintas instituciones religiosas y civiles, el Secretariado de Migraciones de la diócesis convocó una rueda de prensa y en ella Helena denunció que hay que evitar por todos los medios que Canarias se convierta en un agujero negro de los derechos humanos, y aludió a la necesaria solidaridad que han de mostrar el resto de territorios españoles con esta emergencia humanitaria, ya que «bloquear en estas islas a personas que van de camino es no respetar sus derechos».
Nos comentaba que la militarización del Mediterráneo ha conducido a que la frontera sur de Europa se haya trasladado al Atlántico, concretamente a Canarias, que es en la actualidad la ruta migratoria más peligrosa tras la de Libia.
José Antonio Benítez Pineda, cmf
(Aquí tenéis una foto de los dos actos de ayer con Helena Maleno)