Déjame derribar el muro de serpientes
que detiene tus sueños habitados.
Dame tu mano, amor, y empecemos de nuevo
esta aventura incierta de la vida.
Interroguemos a los pájaros,
al árbol solitario de esta plaza,
habituada a los silencios,
a los niños que juegan en el parque
y empiezan a tejer
la madeja de sus sueños,
columpiando su corazón de niño.
Interroguemos
a ese señor que, cada atardecer,
toca canciones del olvido
en un piano sin encajes,
ajeno a los que pasan a su lado,
con sus oídos enlutados
y con sus dedos tecleando
otro piano minúsculo
e insensible,
que arrebata su tiempo
y oculta su soledad sellada
con pálpitos de luciérnagas heridas.
¡y cabe en un bolsillo!
¿Y después?
Después nos preguntamos nosotros
al tacto débil de palabras frágiles.
Espera.
¿No notas la caricia de las olas
que en sucesivas
y rítmicas derivaciones
ponen un granito de sal en nuestros labios?
Sevilla, 2022
Blas Márquez Bernal, cmf
(FOTO: Henry & Co.)
DEIXA-ME DERRUBAR O MURO DAS SERPENTES EM PORTUGUÉS