En el Evangelio de hoy se nos presenta a Jesús predicando en la Sinagoga de su pueblo un sábado. La admiración y sorpresa de sus paisanos se convierte pronto en desencanto (no comprenden el cambio del “hijo del carpintero”) y terminan rechazándolo. Como hombre, se siente tan decepcionado por la hostilidad y falta de fe que el ambiente le resulta inadecuado para realizar milagros. Además, la situación es motivo para que enuncie el famoso dicho: «Un profeta es despreciado solamente en su pueblo, en su familia y en su casa». Le debió de doler especialmente no sentir la acogida entre los más cercanos. A menudo algo así experimentamos o experimentan miembros de nuestros hogares y familias: son más escuchados y tenidos en cuenta fuera que dentro de las mismas.
Propuestas para cuidar tu familia esta semana:
* Trata esta semana de dar la oportunidad de sorprendente para bien a aquel o aquellos miembros de tu familia a los que normalmente se «escucha menos» sus opiniones.
* Da testimonio de tu fe -con palabras y hechos- en medio de tus familiares, amigos.. confiando en Dios
* Estemos siempre dispuestos a perdonar y también a pedir perdón.
Pilar Jiménez y Fernando Hernández