A menudo, una de las preocupaciones entre las familias cristianas es la falta de fe de hijos o nietos. A veces nos desalienta, otras incluso nos culpabiliza.
Como en el caso de la salud de la hija de Jairo Jesús nos dice: “No temas; basta que tengas fe.” Es muy posible que la fe “no está muerta, está dormida”.
Jesús, después de levantar a la niña dijo que le dieran de comer. También nosotros debemos alimentar esa fe perdida, aún contra toda evidencia o esperanza.
Propuesta para cuidar tu familia:
Tengamos esperanza en que despierte esa fe, que posiblemente esté dormida.
Y alimentemos con nuestra oración, con nuestro ejemplo y nuestra palabra la fe dormida de hijos y nietos.
Margarita Angulo y José Morenodávila