Cuida de tu familia: Evoquemos al misterio de la Trinidad para que nos ayude a vivir el AMOR en FAMILIA y a dar testimonio de entrega y donación

LECTURA (DOMINGO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD)

Juan 3, 16-18:

«Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.»

 

REFLEXIÓN

El misterio de la Trinidad es el misterio del AMOR. La frase sobre la que se nos invita a reflexionar lo dice todo:

«Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna».

El misterio de la Trinidad nos invita a vivir el AMOR en FAMILIA y a dar testimonio de entrega y donación.

Si practicamos la gratuidad, el servicio, la disponibilidad… estamos salvados y seremos enormemente felices.

 

PROPUESTA PARA CUIDAR LA FAMILIA

Repitamos, al menos una vez al día (preferentemente al levantarnos) la exhortación que nos propone San Pablo en la segunda de las lecturas de hoy:

«La gracia de Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo estén siempre con nosotros.»

Igualmente nos puede servir la alabanza Trinitaria que muchas veces utilizamos de forma inconsciente:

«Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo».

 

Manolo Devolx

 

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