LECTURA (DOMINGO XIV DEL T. O.)
Mateo 11, 25-30:
En aquel tiempo, exclamó Jesús:
- «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»
REFLEXIÓN
– «Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré«.
¿Quién no está lleno de trabajos y cargado de miserias?
¿Te quejas de ello como de un mal sin remedio? ¿Por qué? Porque no acudes a Cristo. ¿Cómo padecer tanto teniendo tan a mano el remedio?
– «Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón«.
Con dulzura se educa, con dulzura se enseña, con dulzura se inculca la virtud, se consigue la enmienda, se gobierna bien, se hace todo lo bueno.
Si preferimos la acritud, la sequedad, la impaciencia la brusquedad… ¿no será porqué nos resulta más cómodo, más fácil…, por qué buscamos nuestra propia satisfacción más que el bien del prójimo?
PROPUESTA PARA CUIDAR LA FAMILIA
– Contempla lo que dice Jesús en este texto del evangelio y aplícalo a tu vida diaria en FAMILIA.
– Formula una oración de agradecimiento al Señor por las continuas gracias que otorga a tu FAMILIA.
Manolo Devolx